La política, cosa seria si las hay, cosa desconocida, mal vista,
desprestigiada e incluso evitada. Causa poca atracción para el mundo joven el
campo político, tal es el caso que al incluir un tema de estos en un grupo, es
frecuente escuchar expresiones como “no jodan con la política” o “a quién le
importa la política”. Sin embargo algunos hemos tomado partido por un
determinado grupo e incluso empezamos a iniciarnos en la militancia en mayor o
menor medida; pintando muros, colgando carteles, llevando un pegotín
en un termo, discutiendo con otras personas, presenciando actos e incluso
involucrándonos directamente con actividades que se desarrollan en los
distintos comités.
Fue cuando me encontraba en el liceo el momento en que comenzaba a
despertarse en mi cierto interés por “temas políticos” que estudiaba en los
cursos de historia (escribo temas políticos entre comillas porque en aquellos
tiempos no me daba cuenta que la
política se encuentra en todos los ámbitos que conforman a una sociedad, desde
un pacto que realiza el Estado con el país vecino, hasta el precio del Galaxy
s4 por el que la mayoría de personas se desviven). Pero fue hacia 5to de liceo
(y que suerte que tuve de profesora a la actual presidenta del FA en mi
departamento, de no haber sido así, quizás no me encontrara escribiendo estas
líneas porque debido al pasado con el que cuenta la sociedad uruguaya, este
tema se hubiera visto contaminado) cuando oí por primer vez los conceptos de
Marx. “El motor de la historia es la
lucha de clases sociales” cuando me encontré con este enunciado, sentía
como un rayo estremecía mi cuerpo, hacía
carne en mi ser y me abría el camino a un sinfín de conceptos ideológicos que
irían sucediéndose de este.
Desde ese momento comencé a sentir aprecio por estos conceptos y caer inevitablemente
en la “izquierda” a la cual día tras
día trato de conocer con mayor profundidad, y mientras avanzo en ello y a su
vez conozco las relaciones de poder que existen entre los Hombres del mundo
contemporáneo, me convenzo más de que
este es el lugar al que pertenezco y por el cual quiero llevar la lucha
adelante (últimamente vengo leyendo bastante sobre el “Che” otro hombre que desde que lo conocí ha ido aumentando mi
aprecio por su figura por lo que creí necesario hacer referencia tras haber
escrito “llevar la lucha adelante”).
Bien, el que lea se puede estar preguntando: pero qué tiene que ver esto
con ser joven. Y aunque podríamos contestar de muchas formas quiero ir a un
tema que, precisamente los jóvenes y principalmente ignorantes han comprado.
“Vamos a innovar”, “somos la renovación” estos dos
eslóganes marketineros, han sido tomados como banderas por personas que sufren
al ver como los informativos, salpican sangre para todos lados y hacen del tema
de la inseguridad su principal arma para atacar al Frente Amplio y reclaman un
cambio del cual “por la positiva” tiene muy poco para la sociedad. Aquí la
relación con el mundo joven, un mundo al que solo le interesan los celulares
última generación, los televisores con pantallas finitas, los autos, las ropas
de moda, en fin, el consumo; es este mundo al que poco le importa la lucha por
la desigualdad, un mundo poco solidario e individualista que deja de lado la
esencia del espíritu joven, el júbilo, la rebeldía, la ¡libertad! El mundo
joven actual es sujeto de la sociedad de consumo, que solo compra y compra y
vuelve a comprar más y termina siendo el resultado de un sistema que configura,
aunque muchos lo desconozcan, la forma de pensar, actuar, sentir, nuestras
relaciones de la vida cotidiana, todos los ámbitos del que el ser humano
participa. Y por no salir a la calle y disfrutar de las cosas lindas de la
vida, por no apagar un poco la tv, cree que cuando vaya al almacén de su cuadra
habrá un chorro esperando en la esquina para sacarle todo lo que tenga (hago
hincapié en la tv porque es uno de los actores que alimenta la inseguridad, la
cual es una forma o estado en que la persona se encuentra). Déjenme recordarle
señores, que el cerro siempre fue un barrio bravo según las lenguas, aun cuando
yo era pibe, y que salir de noche era peligroso y todas estas cosas sucedían
cuando el Frente no se encontraba en el poder. Con esto no quiero decir que no
haya que hacer nada al respecto, solo digo que el circo que se ha creado con
este tema no es consecuencia de malas políticas de nuestra izquierda y que
aunque las estrategias para atacar la delincuencia hayan fallado o no, se han
tomado cartas en el asunto y se seguirán tomando con un tercer gobierno del FA.
Quizás la nueva derecha, la que excluye, la que genera mayor desigualdad,
que alimenta a los más ricos y se olvida de los más pobres, la que explota y
solo beneficia a la clase dominante (qué hace de esto ideas para disfrazarlas
con la capa de “por la positiva”)
solucione este problema. Ahora, no seamos ingenuos, esto viene a proteger
siempre un solo sector de la sociedad. “Vamos
a hacerlo mejor, mejor para todos” pobre clase media si cree en esto, ni
que hablar de la clase baja. Nuestro país ya sabe cuáles han sido siempre las
medidas de la derecha, la represión y la privación de derechos están lejos de
conformar una sociedad justa e igualitaria y poca renovación presentan con sus
declaraciones los candidatos de derecha desde que la campaña electoral ha
comenzado.
Nosotros, sin embargo hemos planteado nuevas medidas para combatir las
problemáticas sociales, y se seguirán profundizando si un tercer gobierno de
nuestra fuerza política es posible, que han sido y son renovadoras para el
Uruguay, desde mayores oportunidades en educación hasta más oportunidades laborales.
Y aunque somos conscientes de que no todo ha salido bien y que hay muchas cosas
por mejorar creemos que desde este lugar es de donde debemos construir la
sociedad y atacar las necesidades que nuestro país tenía y otras que han
surgido por la superación de problemas que han sido solucionados. No somos
soberbios, no pensamos que el Uruguay es perfecto, puesto que nunca hay una
sociedad perfecta, solo hay tesis, anti tesis y síntesis, a las que hay que ir haciendo frente a medida
que las necesidades van apareciendo.
Por: Mauro Ferreira
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