Agosto se presentó como un mes
convulsionado en los ámbitos de disputa de poder, tanto a nivel
nacional como departamental. Y es que trazando líneas, puntos de
conexión entre la agenda política de ambos espacios, en el
departamento, los temas educación y economía no pasaron sin
relevancia. Y es que tras la decisión dada a conocer por parte misma
del Intendente, en forma pública, de suspender la realización de la
feria del libro, desde las redes sociales los ciudadanos manifestaron
su disgusto.
Desde el Frente Amplio, nos sentimos tocados por la
decisión y nos propusimos generar una arremetida contra la
resolución. Es así que manifestamos desde las redes sociales, en la
calle y en la Junta departamental nuestra posición en contra.
Posición que no era nada más y nada menos que la expresión de la
voluntad local.
Tras la decisión dada a conocer, en el periódico
Página Cero, salían las palabras del coordinador de la comisión de
Educación y Cultura, ratificando inclusive los argumentos. Así
mismo se presentaba el proyecto de unos supuestos "viernes
culturales" como espacios de promoción del trabajo de personas
locales.
Con los compañeros ediles, nos presentamos el 14 de Agosto,
aprovechando la fecha que recuerda a los mártires estudiantiles
caídos en la lucha contra el régimen autoritario de Pacheco Areco y
la posterior dictadura militar que tuvo lugar en el país; e hicimos
uso de la palabra en la media hora previa a modo de: manifestar
nuestra posición de rechazo a la resolución tomada por diferentes
motivos que tocan desde el deber de la Intendencia como institución
que dé posibilidades de goce y acceso a los derechos de los
ciudadanos a medios culturales/educativos; el pésimo fundamento dado
por el Intendente que llevaban a suspender la feria del libro,
fundamento coherente con su posición ideológica y la del Partido
Nacional, poniéndole precio a la cultura e invirtiendo en ella
cuanto menos sea posible, partiendo siempre de la ecuación costo –
beneficio.
Dada la trágica y ya reiterada situación que se presentó
en la ciudad debido a las inundaciones, entre la angustia compartida
por todo el departamento, las movilizaciones de los vecinos para
ayudar solidariamente a los afectados y el circo que Vidalín hace de todo lo que sucede; los medios de
comunicación locales desviaron la atención de todo lo que se estaba
desarrollando con respecto a la feria del libro y l a s posteriores
reacciones.
Fue así que todo pareció pasar sin pena ni gloria,
hasta que finalizando el mes se conoce la nueva decisión del
Intendente, que tiene lugar en El Acontecer, de rever la suspensión
y argumentar que se realizará la actividad por reclamos de
instituciones o personas relacionadas a la temática. Con
modificaciones económicas en el gasto y una nueva reorientación de
las actividades a realizarse, poniendo énfasis en la promoción de
los artistas locales.
Quizás parece un ida y vuelta del Intendente,
una contradicción, pero por cómo se desarrolló el panorama con la
primer resolución, el plan de una nueva actividad cultural y la
segunda decisión, me animo a armar que le torcimos el brazo al
Intendente y no fue por solo capricho nuestro y de nuestros
compañeros, si no que nuestra posición era compartida por muchos
ciudadanos. Debemos vigilar fielmente los rumbos que tome la
actividad que tendrá lugar en octubre y su posible realización en
los años siguientes partiendo de la base que es el Partido Nacional
quién se encarga de la actividad y ya son conocidas los juegos
deshonestos y los medios políticos que utilizan muchas veces para
llevar adelante sus fines, considerando que pueda darse el panorama
de tener un lugar a cambio de votos, mandados, etc etc.
De todas
formas, la feria tendrá lugar y debemos festejarla como nuestro
triunfo, a medias, por las posibilidades de acción política que
tenemos en el departamento en consecuencia de las estructuras que han
desarrollado año tras año y les permite seguir manteniendo su
hegemonía, pero bastante valioso.
Por: Mauro Ferreira
Participando Durazno Digital
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